Por Jordan Raynor- traducido con permiso
Él (Dios) desbordó su bondad sobre nosotros junto con toda la sabiduría y el entendimiento. Ahora Dios nos ha dado a conocer su misteriosa voluntad respecto a Cristo, la cual es llevar a cabo su propio buen plan. Y el plan es el siguiente: a su debido tiempo, Dios reunirá todas las cosas y las pondrá bajo la autoridad de Cristo, todas las cosas que están en el cielo y también en la tierra (…). Pido que les inunde de luz el corazón para que puedan entender la esperanza segura que él ha dado a los que llamó -es decir, a su pueblo santo- quienes son su rica y gloriosa herencia. También pido en oración que entiendan la increíble grandeza del poder de Dios para nosotros, los que creemos en Él. Ese mismo gran poder que levantó a Cristo de los muertos y lo sentó en el lugar de honor a la derecha de Dios en los lugares celestiales. Ahora Cristo está muy por encima de todo, sean gobernantes, o autoridades o poderes o dominios o cualquier otra cosa, no sólo en este mundo sino también en el mundo que vendrá.
Efesios 1:8b-10…18-21 (NVI)
¿Cuál es la voluntad de Dios? «Reunir todas las cosas y en el cielo y en la tierra bajo Cristo» (ver verso 10). El cielo y la tierra no deberían estar separadas por siempre. Están destinadas a intrínsecamente unidas, y un día serán tal y como Apocalipsis 21 lo muestra.
¿Qué significa esa esperanza futura para nuestro trabajo de hoy? ¡Todo! Como aquellos que estamos bajo el señorío y la autoridad de Cristo, estamos llamados a trabajar de forma que el mundo anhele que el cielo venga a la tierra. Estamos llamados a hacer que nuestro trabajo sea un ensayo de la cena de bodas, si se quiere, dando un vistazo de la gloriosa ceremonia nupcial que se avecina.
Si usted es un emprendedor, significa que dirige su empresa en adhesión a las órdenes del Novio. Si usted es un artista, significa que cuenta historias que llevan a los lectores a anhelar la redención y la esperanza. Si usted es un docente, significa que usted trabaja para generar un hambre por la verdad en los corazones de sus estudiantes. Todos nosotros hemos sido llamados a trabajar en maneras que son tan diferentes, tan apasionantes, tan excepcionales que el mundo gime por más de esas cualidades semejantes a las de Cristo que hacen único nuestro trabajo.
¿Suena como una tarea imposible? Lo es si trabajamos en nuestras propias fuerzas. Sin embargo, como nos recuerda el versículo 19, usted y yo tenemos el «poder incomparablemente grande» de Dios obrando a través de nosotros por medio del Espíritu. El mismo Dios que creó los cielos y la tierra trabaja a través suyo. El mismo Dios que resucitó a los muertos trabaja a través suyo. El mismo Dios que un día terminará nuestra labor y hará «todas las cosas nuevas», trabaja a través suyo.
Tome un momento para dejar que esa verdad penetre esta mañana. Usted y yo tenemos una insondable capacidad de crear para el Reino. Trabajemos valientemente hacia ese fin, para que aquellos con quienes trabajamos quieran ver más de nuestro Reino en esta tierra.