La mies es mucha y los obreros pocos

Harold Cortés nos hace un invitación para seguir las pisadas de Jesús, aquél hombre-Dios que dispuso su vida para predicar el evangelio del reino a las multitudes que estaban dispersas y desamparadas como ovejas sin pastor. Basado en Mateo 9:34-38, se nos anima a ser diligentes en la obra y rogar al Señor de la mies que envíe obreros.

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