Un amigo me contó la historia verdadera, común como muy pocas, de un bebé que fue dado a luz clandestinamente y dejado a la improbable misericordia del universo en una clínica colombiana. El hado de este infante, cuyo estreno en las lides de este mundo fue el abandono de sus primeros protectores, fue resuelto de repente en los ojos, brazos y corazones de dos extraños que acogieron a la pequeñísima e inerme criatura como si hubiese surgido de sus propias entrañas. Dos desconocidos, luchadores de vieja data en las imposibles lides de la esterilidad, recibían el premio a su perseverancia y fe en la providente genialidad de Dios Todopoderoso, empaquetada en un gracioso y tierno bebé de tez oscura y rasgos que recuerdan lejanas tierras.
La historia contada mi amigo viene ahora a mi mente, mientras leo líneas de noticias atroces sobre las pugnas por el derecho a matar y…
Ver la entrada original 1.285 palabras más